Instalar al país como principal referente latinoamericano del arte y llevar la feria a nuevas provincias y regiones.

Esos son los objetivos anunciados por las autoridades electas recientemente en arteBA, Larisa Andreani y Eduardo Mallea, que dan cuenta del fracaso del proyecto anterior de convertir al evento acentuando un carácter internacional con el fuerte respaldo de bancos de “alta gama”.

En otras palabras, arteBA seguirá jugando en la tercera o cuarta liga regional, aunque exhiba presuntuosamente una camiseta de campeón. Las burbujas del champagne y el glamour de modelos top, así como las performances no faltarán, pero serán más austeros, quizá.

La Fundación arteBA (creada en 1991) parece haber cerrado su crisis luego de una cadena de renuncias en su consejo directivo y de algunos de sus propios fundadores, cuestionados directamente por las galerías de arte. Jacobo Fiterman, por ejemplo, criticó el “sesgo cholulo” de la feria, que el próximo año cumplirá 30 años.

Sin expectativas

La noticia en esta provincia no tuvo repercusión alguna: la galería El Taller prefiere concentrarse en su trabajo local, y no tiene expectativas. En esta situación económica, sin apoyo oficial no existe posibilidad de llegar al predio de la Sociedad Rural donde se hace la feria. Tal vez un colectivo pueda estacionar en algún proyecto nacional, pero como invitado. Por el momento, domina la incertidumbre. Todas son especulaciones.

Facundo Gómez Minujín (Banca Morgan y ex presidente de arteBA) contó que hubo un proceso de consulta y diálogo con las galerías y algunos coleccionistas para superar la crisis. En otros términos, se llegó a un acuerdo para que Andreani presida la entidad, empresa que tiene una fundación con su propio concurso de artes visuales e inauguró edificio artístico en La Boca.

Los artistas han salido a decir con distinto énfasis que sin ellos ni galerías no hay arteBA; por las redes sociales no ha faltado algunos que plantean que los artistas dirijan una feria que es privada; aunque relativamente, para ser riguroso.

Lo que en principio fue un enfrentamiento por la conversión de dólares en pesos (no a todos los stands que habían pagado su presencia este año -no tuvo lugar- se les devolvió en moneda extranjera), se convirtió en un enfrentamiento mayor. Julia Converti, la gerente general, tuvo que renunciar tras 10 años de estar al frente de esa entidad.

Daniel Maman tituló su nota crítica en un medio de comunicación: “por un mercado de arte en serio”. El tema es que en un porcentaje muy grande las galerías de arte viven el año dependiendo de la feria: las ventas se concentran allí. Y se trata de un mercado muy pequeño; hace tres años se mencionó que representaba un poco menos de U$S 10 millones; pero nadie quiso dar números. La cifra es insignificante al lado de San Pablo, Río de Janeiro, Caracas y, para qué hablar, México.

La situación se complica cuando se sabe que arteBA recibió y recibe subsidios y aportes oficiales de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires, sobre cuyo uso y destino hay pedidos de informes. Así las cosas, los ciudadanos también tendrían derecho a reclamar; por supuesto, los primeros afectados, una importante porción de artistas y galerías.